RES PUBLICA vs. RES PRIVATA
Asuntos Públicos vs. Negocios Privados
OSCAR LÓPEZ R. FILÓSOFO-PSICÓLOGO
Asuntos Públicos vs. Negocios Privados
OSCAR LÓPEZ R. FILÓSOFO-PSICÓLOGO
Dentro de la gran confusión de nuestra época, no creo que haya una más nociva que la que se ha dado entre lo público y lo privado. Si bien desde el capitalismo, esto no es nuevo, la nuestra es una situación inédita, pues ya lo púbico es “tierra de nadie”, en donde el que quiera, especialmente las grandes multinacionales, con la ayuda de gobiernos de toda clase, han usurpado lo construido con el esfuerzo de millones y se lo han apropiado impune y vergonzosamente. El caso más aberrante es el de los servicios públicos, entregados por los gobiernos y legisladores a empresas que convirtieron lo común en feudo propio, y lo que antes era relativamente eficiente, y a costos razonables, se ha vuelto cada vez más costoso e ineficiente.
El mito que sirvió de base a este descarado asalto es la idea según la cual “el Estado es mal administrador”, cuando la verdad es que durante muchos años, fueron manejados con relativa pulcritud. Una ideología mentirosa a la medida de gobernantes corruptos, con la ayuda de legisladores venales, entregaron inicialmente los servicios de agua, luz, teléfono, a particulares, los cuales en su ambición sin límites, quieren quedarse con toda la torta de lo público. Ahora las antes llamadas “empresas públicas” son manejadas por juntas anónimas, en las cuales tienen asiento grupos privados y políticos, quienes se fijan sueldos exorbitantes, y todo ello a espaldas de la comunidad. Uno entre cientos, es el conocido caso de SaludCoop, cuyo gerente, Palacino, quien además de devengar noventa millones de pesos mensuales, recibía ingresos adicionales.
Un aspecto decisivo en esta situación, es por lo común, que quienes luego de ejercer cargos públicos, al renunciar, son elegidos en empresas privadas, relacionadas con el campo al cual sirvieron, abonando así el terreno para sus negocios y especulaciones, que si bien en algunos casos no son ilegales, pasan los límites de lo ético. Esto con perjuicio para el interés público; tras de ello, están cada vez más las multinacionales, que con su poder corruptor, se han infiltrado en todos los asuntos sin ningún escrúpulo.
Un lúcido analista de esta situación ha sido el filósofo greco-francés Cornelius Castoriades, al señalar que “la corrupción de los responsables políticos en las sociedades contemporáneas, se ha convertido en un asunto sistemático, estructural. Está incorporado en el funcionamiento del sistema, que no puede cambiarse fácilmente”.
La perversa lógica que subyace tras esto es la llamada “privatización de las ganancias y la socialización de las pérdidas”, tal como ha ocurrido -entre otros- y cada vez más común con los bancos, que cada vez que se ven en apuros por malos manejos de banqueros; entre nosotros fueron conocidos los del Banco de Colombia, y hace poco el rescate que hizo Barak Obama a bancos norteamericanos.
La situación es incierta y sin aparente solución, porque como anota Castoriades, se ha desarrollado hoy un tipo de ser humano que él llama privatizado, encerrado en su medio personal que se ha vuelto cínico en relación a la política. Así, “cuando las gentes votan, votan cínicamente”, pues no creen en el programa que se les presenta, sino que buscan el menor mal en relación al anterior.
El hombre medio de nuestras sociedades, identifica la libertad con el poder que tenemos cada cuatro años de elegir a quienes nos representarán en los cargos públicos, pero lo que plantea Castoriades es, como decía Rousseau, que las gentes eran libres un día, el día en que elegían, pero esto no es correcto, se vota por candidatos presentados por partidos, no s e puede votar poder no importa quién. El meollo del asunto es que la representación significa la alienación se la soberanía de los representados hacia los representantes. La política se ha convertido en una máquina en que se busca ser elegido para aprovecharse de los bienes del estado en beneficio de los grupos que han puesto su capital en el candidato que quieren los represente. Y las grandes empresas que están interesadas en las leyes que los favorecerán en el congreso.
Es imposible demostrar que en donde hay poder representativo, se produce una representación de la población mucho más elevada que en otras formas de gobierno; ayudan a cierto grupo de personas pero a expensas del nivel de representación de otras. Así, cuando se habla de “Il Duce”, o el “Fuhrer”, se trata de una forma contraria de representación, directa y controlada, en las cuales el pueblo ha sido manipulado y engañado con medios violentos o seductores, de los cuales Hitler y Mussolini fueron maestros.
Hoy las técnicas son más sofisticadas, pues los políticos, utilizan los medios de comunicación para crear la falsa ilusión de una democracia participativa. Como anota Castoriades, “la representación es más amplia que los dispositivos institucionales que la regulan”.
Existe así una crisis de representación, que señala la incapacidad de la clase dirigente para mantener la solidaridad y guiar el resto de la población. La exaltación de la representación no es otra cosa que populismo, al estilo de Chávez que llega hasta el mesianismo. El pluralismo va en contradicción con esta representación monolítica emocional a través del lider, así se llegó a decir: “¿quién sino Uribe?” Este es el asunto de la representación. La representación e s inevitablemente tanto en el concepto como en los hechos, alienación,( o sea, juridicamente transferencia de propiedad)de la soberanía de los “representados hacia los representantes.
En síntesis, el sistema electoral para que sea efectivo, debe implicar en lo mas mínimo que los elegidos representen a los electores, siempre y cuando halla un deber y un programa coherente. Una representación responsable obliga al elegido, rendir cuentas ante los electores, para que actúen en forma competente y eficaz, con el apoyo y fortalecimiento de una opinión pública educada, que es una de las fallas de nuestro sistema electoral colombiano.
Un último punto es el problema de la libertad del ser humano actual, y la pregunta es, ¿en qué sentido somos libres hoy? Hoy contamos con un número de libertades que son el producto de luchas revolucionarias del pasado. Y no son sólo formales como lo dijo Marx: poder reunirnos, decir lo que se nos antoja, no es solo algo formal, pero sí parcial, es defensivo, pero no es una libertad completa.
LOS TRES DOMINIOS DE LA SOCIEDAD
Para Castoriades, se pueden describir para todas las sociedades, tres esferas donde se juegan las relaciones de los individuos y la colectividad entre ellos, y con su institución política: la esfera privada oikos; la esfera pública/privada ágora;la esfera pública/pública que en el caso de una sociedad democrática denomina ecclesia. El totalitarismo se caracteriza por la tentativa de unificar a la fuerza estas tres esferas y porque la esfera pública/pública se convierte en asunto privado.
Fue en Grecia donde por vez primera tuvo lugar el despliegue de las tres esferas, estableciéndose una independencia entre ellas, y en donde la esfera pública/pública devino verdaderamente pública. Y es este devenir el núcleo de la verdadera democracia. De ahí que Aristóteles alabara a los lacedomonios porque en ella el estado, la polis, se preocupó por la educación de los ciudadanos y no como en otras partes donde “cada cual vive como quiere, legislando a la manera de los cíclopes sobre sus niños y su mujer” (Etica a Nicómaco.1180 a-24-29)
Con la aparición del Estado lo público/público se convierte en privado, y se vuelve independiente de las otras dos. Las supuestas democracias de hoy, o sea las oligarquías liberales, pretenden limitar al máximo o reducir al mínimo la esfera pública/pública, pero esto es engañoso, pues los países mas liberales, Suiza, Inglaterra, Estados Unidos, son profundamente estatistas y la estructura burocrática de la gran empresa con su interminable y absurda reglamentación, permanece firme.
En estos países, los asuntos públicos, son siempre asunto privado de los grupos o clanes que están en el poder”, las decisiones son tomadas detrás de la cortina, lo poco que es llevado ala escena pública es maquillado, reducido y tardío, hasta la irrelevancia”.
La primera condición de la existencia de una sociedad autónoma-o sea democrática-, es que la esfera pública/pública, sea efectivamente pública, es decir, que sea ecclesia y no un objeto de apropiación privada por grupos particulares, y esto significa que los tres poderes pertenezcan efectivamente al pueblo y sean ejercidos por este. Una sociedad autónoma no sólo debe garantizar, sino promover activamente la más grande autonomía posible de la esfera pública/privada: de la esfera donde los individuos se reagrupan sin relación explícita a las cuestiones políticas, para entregarse a todas las actividades y a todos los intercambios que les plazca. La autonomía es ipso facto, auto-limitación y entre estas, la separación de poderes es esencial, pero debe ir mas allá, articularlas y unirlas. Los totalitarismos buscan borrar esta diferencia.
El mundo neoliberal ha borrado todos los esfuerzos autónomos, engendrando las seudolibertades, que llevan a la falsa ilusión de vivir en un mundo en el que se ha llegado a la gran libertad, cuando en el fondo, hoy más que nunca estamos dominados por el Gran Hermano de Orwell, representado en el sinfín de aparatos que nos vigilan por todas partes, desde los satélites, y llegar hasta nuestro hogar, y hasta nuestro baño privado. Contra todo esto se están dando tímidas luchas, encarnadas en los Indignados, pero que son el comienzo de una gran transformación si tiene claridad en sus objetivos y sabe utilizar los medios adecuados que comprometan a toda la sociedad mundial, porque el problema que afrontamos hoy es por primera vez global; ya no hay pasajeros, todos somos pilotos de nuestros sistema social y ecológico.
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