jueves, 9 de septiembre de 2010

PALABRAS VIVAS Y “LENGUAS MUERTAS” II

LA PAIDEIA CRISTIANA

Óscar López R. - Filósofo - Psicólogo

A primera vista nada parece más antitético que el pensamiento cristiano, heredado de los judíos y el pensamiento griego. Sin embargo, en el mundo antiguo se dio la fusión de ambos elementos, Y así, si hubo una cristianización del mundo de habla griega en el Imperio romano, también hubo una helenización del cristianismo. El crtistianismo “aprendió a reflexionar con categorías ajenas”, y se prresentó como “una experiencia totalmente nueva de la divinidad y su gloria, la de un logos acerca de Dios a partir del logos de Dios que se expresa en una palabra profética y encarnada” (H.U.v. Balthazar).

El mensaje cristiano, muy pronto superó las fronteras judaicas y llegó hasta el mundo dominado por la civilización y la lengua griega. Según Jaegger, “este fue el hecho decisivo en el desarrollo de la misión cristiana y su expansión por Palestina y más allá de sus fronteras”… “los ideales culturales griegos y la fe cristiana se mezclaron… pues existía una unidad final entre ambos un núcleo de ideas comunes”.

Este contacto con los griegos permitió afianzar al cristianismo en su ideal de universalidad, y por eso, necesitaba confrontarse con otra concepción universal como la helénica. Además, las religiones paganas habían perdido toda su vitalidad, y el crisitnismo “se presenta como una fe que merece la pena vivir porque es también una fe por la que merece la pena morir”. Pero aunque era una religión abierta a hombres y mujeres de todas las clases, cultos e iletrados, ricos y desposeidos sin embargo se presentaba como la única y mejor alternativa, lo que era una ventaja en un mundo confuso y enfermo.

Sin embargo como anota Dodd, era solidaria con todos los excluídos en un mundo duro como era el de esos tiempos. Creó así un sentimiento de grupo en un mundo de desarraigados, tal como nos muestran los estoicos que ante las miserias políticas prefirieron ser cosmopolitas a ser miembros de paises injustos.

Así pues, una de las tareas más monumentales de los primeros cristianos, fue su esfuerzo por incorporar los elementos griegos a la doctrina enseñada por Jesucristo. La palabra paideia es utilizada en los Hechos de Felipe: “he venido a Atenas a fin de revelarles la paideia de Cristo”.

Como anota Jaegger, hubo una “continuidad histórica y transformación de la tradición de la paideia griega durante los primeros siglos cristianos… la civilización griega ejerció una influencia profunda en la mente cristiana” (Cristiano primitivo y paideia griega).

Esto permitió que el cristianismo utilizara conceptos, categorías intelectuales y metáforas griegas. Además, el griego era hablado en todas las sinagogas mediterráneas. Ya el mismo Evangelio de San Juan empieza con esta afirmación: “en el principio era el Logos”; además, en los Hechos de los Apóstoles al hablar de las comunidades griegas, aparecen nombres griegos como Esteban, Felipe, Nicanor, y utiliza expresiones griegas, una muy importante, la palabra Eklesia, que se refiere a una asamblea de ciudadanos de una polis (ciudad griega); el mismo San Pablo, hombre de gran cultura, a diferencia de la mayoría de los apóstoles, se caracterizó por su celo misionero, y recorrió gran parte de las ciudades antiguas, en especial griegas, como Corinto, Éfeso, Colosa, Tesalónica, y tuvo como centro de su predicación las comunidades de los gentiles, es decir, los no judíos, y empleó en varias ocasiones el término paideia, en el sentido de instrucción, disciplina. Así, la palabra conversión, que tiene un hondo sentido en el cristianismo, está tomada de Platón.

Sin embargo, si la paideia cristiana vino a ser una continuación de la paideia griega, a su vez se dio un cambio radical, pues ahora es Cristo el centro de la nueva paideia, y la griega se convierte en un auxiliar suyo.

Los padres de la iglesia, San Clemente Romano, los apologistas, los alejandrinos, los capadocios, y San Gregorio de Niza, forman parte del enorme esfuerzo que se dio en el cristianismo primitivo por lograr un acuerdo entre ambas mentalidades. Así, San Clemente postula una serie de virtudes cristianas muy afines a las del pensamiento político griego, y para ello utiliza la tradición de la paideia clásica, citando a Sófocles y Eurípides. La concepción orgánica de la sociedad que tomó del pensamiento político griego, va a adquirir en él un sentido casi místico, al interpretarlo como una unidad en el cuerpo de Cristo.

Lo que favoreció la helenización del mundo, fueron las campañas de Alejandro Magno en especial su campaña del año 334 A.C., y con ello se creó un nuevo espíritu que enriquecería a todo el mundo conocido. El recurso de Alejandro fue el reclutamiento militar, y la fundación de ciudades, que fue su manera de helenizar los pueblos. Se creó así un mestizaje étnico y espiritual. Como dice Alfonso Reyes: “la cultura helénica esparce sus beneficios y, a su turno, recibe la fertilización religiosa e imaginativa de la mente oriental. Se crea también un lenguaje universal tomado del griego, y es la koinée o lengua universal que hablarán los helenos, asiáticos y africanos.

Grecia cayó en manos de los romanos en el 146 A. C., y si bien, fue conquistada militarmente, se ha dicho que Grecia conquistó a Roma, tomando de ella hasta los dioses, lo que llevó a que las clases altas asumieran las creencias y el saber griego. El mismo Virgilio, el poeta nacional romano, a instancias del emperador Augusto compondrá la Eneida, buscando seguir los pasos de Homero con su Iliada .

La edad alejandrina va desde el año 300 A. C. hasta los comienzos de la era cristiana, y Alejandría se convierte en la capital de la cultura helenística. Le seguirá la filosofía helenístico-romana, que va desde la muerte de Aristóteles en el 322 A. C. hasta la muerte de San Agustín en el 430 D. C.

A partir del siglo II D. C., se desarrolló una amplia literatura con la cual los cristianos querían defenderse de las críticas paganas, empleando un tipo de discurso didáctico, surgiendo así los apologistas, quienes no se dirigieron propiamente a la masa, sino a los cultos, y en especial a los gobernantes del imperio, quienes fueron hombres de una mayor cultura. Así, San Justino, llama a los emperadores: “hombres píos y filósofos”, “amantes de la cultura” (Paideia).

Orígenes fue uno de los principales apologistas, y como señala Jaegger, para él la filosofía era tanto Logos (pensamiento) como Bios (forma de vida), como ocurría con todos los filósofos antiguos. Según él, los modernos fracasan al interpretar la filosofía antigua no reconociendo su capacidad religiosa como la entendía Orígenes, Plotino y Porfirio. Origenes tuvo varios discípulos, entre ellos Gregorio El Taumaturgo, quien expresó que su maestro alababa siempre a la filosofía y a los verdaderos amantes de ella, pues sólo ellos llevan la vida que corresponde a los seres racionales.

La mayor acusación que debíeron rebatir los cristianos era la del ateísmo y canibalismo: ya por que no veneraban a los dioses del Estado, y negaban honores al emperador, o ya por que en la eucaristía comían la carne y bebían la sangre de Cristo. San Justino señalaba que no creer en los dioses era tan viejo como la misma filosofía; para él, Sócrates fue el mártir de un concepto más puro de la divinidad, señalando cómo en él y en Jesucristo apareció el logos divino, pero en Cristo el logos se hizo carne.

Filón de Alejandría, filósofo judío, fue el que mejor absorbió la vieja tradición griega, y utilizó un amplio vocabulario conceptual, y quien trató de probar que su religión hebrea podía ser expuesta y entendida en términos de la filosofía griega.

Vinieron luego los neoplatónicos, quienes poseían un mayor nivel intelectual que los apologistas, y éstos que vivían en Alejandría, capital del mundo helénico, eran los llamados a cumplir un papel importante. El epicureísmo y el estoicismo, aunque no se crea, satisfacían una necesidad religiosa, y llenaron el vacío dejado por el abandono de los dioses olímpicos.

El neoplatonismo se entiende cuando se le reconoce el papel del “divino Platón” que era la suprema autoridad religiosa, y sus ideas eran interpretadas como pensamiento de Dios. Esta idea nutrió a Clemente de Alejandría y a Orígenes, fundadores de la filosofía cristiana.

“La predicación cristiana a los paganos comenzó por el anuncio del Dios único, que era la concepción predominante entre los judíos y los judeocristianos, para los cuales el Dios único es desconocido a los paganos, politeístas e idólatras, y el cristianismo tuvo su fuerza en aquellas capas sociales en que el politeísmo era una fuerza viva”. (Bultmann). Por eso, los judíos en el Antiguo Testamento polemizaron contra las religiones paganas y la crítica al culto de muchos dioses, como se ve en Isaías, Daniel y la Sabiduría de Salomón. El judaísmo helenístico anteponía ideas de la religiosidad helenística, en especial de los estoicos, según la cual, Dios gobierna al mundo por medio de la sabiduría.


En los Hechos de los Apóstoles cuando Pablo visita a Atenas y pronuncia su famoso discurso en el Areópago, delante de filósofos estoicos y epicúreos y les habla del Dios desconocido, citando el verso de un poeta griego, “porque somos linaje suyo”; con su discurso buscaba convencer a hombres adiestrados en la filosofía. “Para la predicación cristiano helenística: el mundo del paganismo está aún hundido en la Agonía (error) y Plani (extravío). San Pablo, habló de los gentiles como “que no conocen a Dios”, y les dice a los cristianos de Galacia venidos del paganismo, “cuando no conocíais a Dios, servíais a los que en realidad no son dioses””.

Otro movimiento que tuvo relación con el cristianismo fue la Gnosis, que se convirtió en un gran rival del cristianismo, en especial el gnosticismo oriental, al cual tuvieron que enfrentar los pensadores cristianos; para aquel, el mundo es algo extraño para el hombre, incluso es una cárcel, y de ahí que el hombre debe luchar contra él, no sólo dominando las pasiones, sino rechazándolas. Asimismo, el Yo individual es una chispa de la divinidad, pero que está prisionera por unas potencias demoníacas, y de las cuales cada individuo debe liberarse él mismo, y niegan la humanidad de Jesús, el cual según ellos es un ser aparente, no real y no histórico, niegan la resurrección y el juicio.

El cristianismo también se presenta como una gnosis, señalando que el mundo es creación del Dios único y verdadero, y que por ello el hombre con su cuerpo y su alma son creaciones de Dios.Pero al aceptar la encarnación de Cristo, indican que el hombre no se libera él sólo. San Pablo también luchó contra los gnósticos de Corinto, que afirmaban que no hay resurrección de los muertos.

Los dos primeros siglos de la era cristiana fueron de una gran confusión y en la que hubo una abigarrada mezcla de filosofías y religiones, desde el estoicismo, el judaísmo, los apologistas cristianos, los sistemas gnósticos, las religiones orientales de Isis, Mitra, amén de las ciencias como la alquimia, la medicina y la mecánica.

En síntesis, el tránsito del mundo antiguo al cristiano no fue fácil, y se expresa en la lucha entre las diversas religiones orientales que rivalizaban con el cristianismo, y en la cual el cristianismo presentó una férrea oposición, y se impuso sobre todos ellos, llegando su apogeo hasta el medioevo.

Durante casi mil años, el hombre se desentendió del mundo material y su único interés fue la salvación del alma, cuando aparecen el monaquismo y los padres del desierto. La invasión de los bárbaros y una serie de desatres materiales, llenaron al hombre antiguo de un hondo pesimismo; se retrajo a la salvación del alma. Es aquí donde floreció la filosofía de San agustín y su Ciudad de Dios contrapuesta a la Ciudad del hombre.

En el siglo IV, el cristianismo dejó de ser una religión perseguida, cuando el emperador Constantino por el Edicto de Milán en el año 313 D. C., permite la libertad religiosa y la igualdad de derechos para los cristianos, la devolución de bienes expropiados a la Iglesia, y la abolición del culto estatal. Más adelante el Cristianismo fue establecido como la religión oficial del Imperio, con consecuencias definitivas para el desarrollo de lo que se ha llamado la cristiandad, que será entendida como una antítesis del auténtico cristianismo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me ha gustado mucho. un muy buen trabajo.

Rodolfo Plata dijo...

El cristianismo se inició como un movimiento laico. La Epístola apócrifa de los Hechos de Felipe, expone al cristianismo como continuación de la educación en los valores que persigue alcanzar la paideía griega: “he venido a Atenas a fin de revelarles la paideia de Cristo”. promovida por los sabios alejandrinos que fueron los primeros en percatarse del movimiento secular cristiano cuando unos griegos se entrevistaron con Cristo (Jn XII, 20 al 24). Posteriormente enviaron al medico Lucas a dar testimonio escrito de los portentos, vida, ejemplo y enseñanza de Cristo, a fin de fe-datar en la persona de Cristo, que es cierta la teoría de la trascendencia humana formulada por Aristóteles al abordar el problema del alma truncada que sostiene que el hombre puede trascender a sus propias limitaciones si practica metódicamente las virtudes opuestas a sus defectos hasta alcanzar la supra humanidad. A partir de entonces, los pueblos helénicos tomando a Cristo como ejemplo de lo que es la trascendencia humana, lo siguieron no como Dios, sino como hombre, a fin de alcanzar la trascendencia humana y la sociedad perfecta que pretende la paideía griega; por ello lucharon por helenizar el cristianismo a fin de estructurar la fe conforme a la razón. Lo cual propició el choque entre culturas ante la oposición radical e intransigente de los príncipes de la sinagoga tendente a evitar que se helenizara el cristianismo para mantenerlo sujeto a la Sinagoga. San Pablo fue un caballo de Troya enviado por el Sanhedrín para infiltrar el movimiento cristiano y judaizarlo. Desde entonces el talón de Aquiles de la doctrina de la Iglesia ha sido el profetismo judío y el fideísmo bíblico. Separando la fe de la razón __cuya unión inseparable, Cristo había revelado metafóricamente al ciego de nacimiento (Jn IX, 39)__ Provocando en los pueblos cristianos la estulticia generalizada y la entronización del oscurantismo, al olvidar las raíces helenistas de nuestra cultura; lo cual ha convertido las Iglesias en sinagogas, los sacerdotes en rabinos, los cristianos en siervos del gobierno mundial judío, y el judeo cristianismo en religión chatarra. Así el movimiento cristiano dejó de ser laico y dejó de perseguir los fines últimos de la educación en la paideía; y por ello, no hemos alcanzado la sociedad perfecta ni la trascendencia humana. http://www.scribd.com/doc/33094675/BREVE-JUICIO-SUMARIO-AL-JUDEO-CRISTIANISMO-EN-DEFENSA-DEL-ESTADO-LA-IGLESIA-Y-LA-SOCIEDAD